A 30 AÑOS DE UNA VUELTA OLIMPICA (ENERO 1980-ENERO2010)

Por PepeSC

La mañana del 19 de enero de 1980, pintaba radiante para mis ojos, me levante temprano y con mucho entusiasmo, lo primero que hice fue subir al techo de mi casa y buscar una caja de acero, que recordaba, mi viejo había desechado. Luego de encontrarla puse a prueba su sonido utilizando un pedazo de fierro de construcción. Verificando que emitía una buena resonancia. Empecé a practicar el clásico ¡¡tumba que tumba,...ta ta ta ta, Cristal!! Y luego de comprobar que estaría perfecta para hacer barra desde la popular, le atravesé un alambre que permitiría cogerlo con facilidad, para marcar el ritmo de los cánticos en la tribuna.

Esa noche Sporting Cristal se jugaría el título ante un oponente aparentemente frágil. Después de 5 años de estar hinchando por la SC, sentía que al fin mis esfuerzos en las graderías se verían gratificados con la corona para los colores celestes de mi equipo, así que lo siguiente fue elaborar un par de banderas, con unas camisas celestes que ya no usaba, a la que le agregue con plumones gruesos, la insignia de mi querido team.

Por la tarde con mis dos hermanos menores, Carlos de 15 y “Toño” de 9, ya lo teníamos todo listo para enrumbarnos al Coloso de José Díaz, y encontrarnos con la gente de la popular norte. Llegamos al estadio cerca de las 7 p.m., y nos reunimos con la gente, como siempre el que dirigía la barra era el gordo “Toribio” y quien marcaba el ritmo con la corneta era “Chaira”,. Empecé a acompañarlos con el compás de mi improvisada “campana”, mientras mis hermanos hacían flamear nuestras también improvisadas banderas, junto a otras mas que habían llevado los muchachos.

Antes de iniciarse el partido, Toribio soltó un pensamiento que capto mi atención, “pensé que el estadio iba a estar lleno”, solo sonreí y le di una palmada al hombro, yo sabía que nuestra hinchada no era numerosa, pero eso jamás me importó, lo que me importaba era que esa noche, si el resultado se daba, me sentiría por fin campeón, al igual que cada uno de esos mas de 3000 hinchas que se afincaban en las tribunas.

Es así que el partido se inició sobre las 8 de la noche, y desde un principio, La Celeste, de la mano del "Diamante" Julio Cesar Uribe, mostró su supremacía. Fue justamente el “Diamante” Uribe quien abrió el marcador. Los goles siguieron llegando por cuenta de Juan Carlos Oblitas el segundo, del virtuoso Roberto Mosquera el tercero, del “Trucha” Percy Rojas el cuarto, de un autogol para el quinto, y cerrando la cuenta el propio Julio Cesar Uribe, para sellar el contundente 6 a 1 con que la Celeste, le agregó un plus a esa por coincidencia sexta corona en su historial, 1 gol por cada título logrado.

Con Toribio, Chaira, mis hermanos, y toda la gente de la popular, corrimos una vez finalizado el partido, hacia la puerta central de la tribuna occidente, por donde se podía tener acceso al campo de juego, un mayor de la policía nos retuvo unos minutos, diciendo que tuviéramos orden y por cierto agregando:  “ustedes tienen todo el derecho a dar la vuelta olímpica con su equipo”, esa arenga fue una motivación adicional para celebrar. Ya dentro del campo, al primero que encontré fue a “Chumpitaz”, luego abrace al “Diamante”, al “Trucha” y a todos los que pude, con mis hermanos dimos la vuelta olímpica acompañando al equipo. Vimos a Marcos Calderón y a Chumpitaz en hombros de fornidos hinchas, di la vuelta con mi campana en mano, hasta que se la sedí a mi hermano Carlos, quien luego la abandonó en algún lugar del gramado, no le podía recriminar, él también merecía abrazarse de todos y celebrar este que sentíamos nuestro primer titulo al lado de nuestro querido equipo bajopontino.

Fue una noche inolvidable para nosotros, regresamos a casa bordeando la medianoche, luego de tanta celebración, por ahi un cortito encima que hube disimular ante la mirada inquisidora de mi madre, que me recriminó por traer tan tarde a mi hermano menor. Pero nada podía desmejorar mi buen humor, estaba en mi casa, sin mi campana ni mis banderas, no me importaba, pues servirían para que la barra las usara en otros encuentros. Apenas una semana después las volví a ver en el partido en que con juveniles le ganamos a la U por 2 a 0, los jóvenes le sacaron brillo a ese titulo. Creo que después deje de ver a la muchachada de la popular por un largo tiempo, pero el recuerdo de la vuelta olímpica permanece imborrable en mi memoria porque esta grabado en mi corazón cervecero.