URIBE UN CRACK QUE APARECE

En el año 1975 aparecía para el fútbol peruano un futbolista de 17 años cargado de ilusiones que mostró su calidad por primera vez enfundado en la camiseta por entonces azulina de Sporting Cristal, enfrentando nada menos que a alianza Lima. En esta entrevista de la desaparecida revista Ovación les recordamos como pensaba este muchacho antes de convertirse en el ídolo que fue en su momento. Con esta primera nota inauguramos en graderiaSCelestes esta sección dedicada a resaltar la historia de la Celeste, y a la que llamaremos LA NOTA DEL RECUERDO,  y en la que iremos añadiendo diversas entrevistas y notas que nos recuerdan buenos momentos de la historia de nuestro querido equipo Cervecero. 

  

URIBE UN CRACK QUE APARECE

Revista Ovación, Enero de 1976

Por Ricardo Delgado

Un mañana cualquiera de 1969 un chiquillo moreno espigado y de andar pausado transponía el portón del club Sporting cristal, llevando sobre el hombro su maletín de útiles deportivos. Un viejo par de zapatos de fútbol, pantalón, medias y camiseta era toda su propiedad personal. Venía desilusionado luego de jugar por los calichines de alianza Lima, a donde llegó a insistencia de su padre amigo del “Cholo” Rafael Castillo, encargado de las divisiones inferiores del club victoriano. Desde allí a la actualidad se fue forjando como jugador y va camino a la consagración. Se encariño tanto con el club, con el trato que le dispensan a sus deportistas, con las facilidades que les brindan, que hasta se olvido que de chiquillo simpatizaba con los colores de alianza Lima.

Cuando a su edad muchos piensan aun en consagrarse en los torneos juveniles este morocho, Julio Cesar Uribe Flores, cumple a los 18 años su anhelo de jugar en primera, de apilar hombres, de pisar la pelota como a él le gusta y de ¡hacer goles!. Porque nadie va a negar que este jugador, mostró aptitudes de crack desde que se vio frente a alianza Lima, donde le hizo pasar una tarde negra al musculoso Javier Castillo.

“Podría decir que nací para el fútbol. Vivía a tres cuadras de la cancha de Barbones y desde los cuatro años permanecía allí horas y horas, casi sin sentir hambre con tal de ver en acción a los equipos de barrio que domingo a domingo jugaban interminables partidos. Allí comencé a familiarizarme con la pelota a dominarla y jugarla. Un día papa, Máximo Uribe, me llevo a la presencia del “Cholo” Castillo quien me probó en los calichines, así jugué  mi primer partido en el estadio Nacional, casi lleno de gente. Recuerdo que hicimos el preliminar del partido entre el combinado muni-alianza con el Bayern de Munich que traía a Overath, Beckembauer y Muller. Fue realmente un recuerdo imborrable”.

Uribe pasdeando por una de las criollisimas calles del Rimac.

“Una vez fuimos a la cancha del Cristal con el equipo del barrio y le ganamos al local. El profesor Silva me vio jugar y me dijo que venga a entrenar con ellos. Después volvieron a invitarnos para otro partido y allí nos pusieron a muchachos mas grandes. Nos golearon por 8-0. pero seguía en pie la invitación del profesor, así que decidí a probar suerte. Al principio me “chupe” y me fui solo a un costado, pero el profesor me dijo: “Aquí todos somos una familia así que no tienes porque estar apartado”. Entonces me hice amigo de todos; muchos de ellos están ya en el primer equipo”.

En momentos previos al alianza-Cristal, Augusto Del Moral confesaba en una entrevista radial que le hizo Pocho Rospigliosi “Mucho ojo con ese muchachito Uribe que va a ser titular para el 78” y desde allí todos nos propusimos observar con detenimiento lo que hacía en la cancha y en verdad que sorprendió sus cualidades. Facilidad para el desmarque, hábil para el dribling, la pisada y el enganche, veloz para las paredes y como si todo esto fuera poco, shoteador y codicioso.

Pocas veces se podían reunir estos atributos en un solo jugador máxime si recién salía del cascaron. Por eso agrado ver su presentación porque se va demostrando que la ley natural de la renovación se viene dando en nuestro fútbol. Se podría decir que en esta nueva savia el futuro de nuestro fútbol va asegurando su vigencia.

“Se que me falta mucho y en cada partido trato de aprender. Creo que conforme adquiera mas experiencia voy a rendir mas porque me canso a las finales. Muchos me han dicho que debo dosificar mis fuerzas, y es que a veces no puedo porque salgo con tantas ganas de jugar que corro y corro. Me gusta arrancar de atrás pero ahora Eloy (Campos) me dio indicaciones de jugar de punta de lanza y estoy contento. Lo principal que tengo que hacer según me aconseja mi papa que es mi hincha número uno, es tener disciplina, contracción al trabajo y sobre todo humildad”.

¿Quién no aspira lograr lo mejor para los suyos? Julio Cesar Uribe no es la excepción. Se ha fijado una meta, triunfar y va camino a cumplir su objetivo. Recién emprendió la ruta que lo puede llevar a lograr la fama y el dinero. Por eso cuando le tocamos el tema sonríe y a la vez su rostro adquiere una expresión de solemnidad. Es el cuarto de seis hermanos, tres hombres y tres mujeres, pero igual piensa que tiene responsabilidad de luchar por los suyos.

“Lo primero que quisiera es hacer del fútbol una buena carrera para darle a mi viejita todo lo que desee. Una casita propia y una seguridad para todos. Por eso tampoco descuido mis estudios porque se que igualmente el fútbol no dura toda la vida. Termine mis estudios y pienso seguir estudios superiores de IBM para tener un empleo seguro con el cual defenderme cuando haya que decir adiós al fútbol ¿no cree?”.

Así es el número 10 de Sporting Cristal, Julio Cesar Uribe Flores. Tiene dotes de crack y va camino a serlo por eso se aguarda mucho de él porque nuestro fútbol requiere de sangre nueva y joven para seguir llenando tribunas y mantener vigente su jerarquía a nivel internacional.

SUS ASPIRACIONES

“Que mi hermano mayor José el chancón de la familia, culminé sus estudios de ingeniero químico y sea un gran profesional. Sabe ingles, alemán y francés”.

Vestir la casaquilla nacional si la suerte me ayuda y no defraudar. Si se puede, jugar en el exterior con los grandes cracks”.

“Que mi equipo ingrese a la liguilla para reafirmar los progresos de todos los muchachos que defendemos la casaquilla”.

SUS ALEGRÍAS

“Cuando el tío Johnny me entregó un trofeo por ser el goleador de un campeonato de fulbito que se pasó por la tv”.

“Cuando le hice un buen gol a León de Huanuco en el Estadio Nacional, festejé como nunca”.

 “La firma de mi primer contrato con Cristal. Terminó en marzo y estoy seguro de renovar con el club de mis amores”.

“Mi debut en la cancha del estadio Nacional cuando tenía doce años”.

 “Cuando mi padre me alienta a triunfar en el deporte que elegí”.